lunes, 17 de marzo de 2008

DE LO QUE ME EMOCIONA









Me emociona sentir emociones fuertes

Estar bajo presión y descargar toda mi furia en un sonoro alarido de alivio, gritando “aquí estoy yo” y formo parte del mundo tanto como cualquier otra persona.

Me emociona la ternura, la tristeza, la melancolía

Esos sentimientos que a menudo llaman cursis y que a todo el mundo afectan, todos los vivimos y los sentimos como si fueran la primera vez.

Me emociona el amanecer de un nuevo día

Despertar con los rayos de luz filtrándose por entre las cortinas, llegando poco a poco a mi cara y animándome con el calor que desprende al traspasar la ventana. Saber que estoy aquí durante otro día más, que puedo disfrutar un poco más de la vida.

Me emociona el reencuentro, las buenas palabras

La sorpresa de una llamada que no esperas, de alguien que no veo hace mucho tiempo pero que se que siempre ha estado ahí, cuando lo necesitaba. Oír un “te extraño”, “anhelo tu compañía” tras lo cual, los buenos recuerdos fluyen solos, como un torrente al escuchar su voz.

La emoción de ver una nueva vida

Tener entre tus brazos una criatura pequeña, con un olor indescriptible, haciéndote sentir el paso de los años. ¡Cuán corta se hace una vida! Verle sonreír con la más mínima tontería; un arrullo, un gesto o un sonido. Algo que delante de una persona madura no harías.

Las letras, la ciencia, la sabiduría

Esas cosas que a uno le hacen aprender nuevos conceptos, ideas y sentimientos ajenos. Que nos acercan a la mejor comprensión de la realidad, del entorno, del mundo que nos rodea. El simple hecho de mostrar interés a tu alrededor nos hace crecer en madurez.

Los placeres de una aventura

Recorrer zonas inhabitadas sabiendo que una vez hace muchísimos años alguien estuvo en el mismo sitio. Observar la naturaleza en su estado puro, sin construcciones, sin estructuras, sin contaminación. Sentirme descubridor de nuevos lugares a sabiendas de que ya se han explorado.

Una cerveza en compañía de una buena charla

Disfrutar de una conversación alegre entre amigos con el sol del atardecer en una terraza de verano mientras calmamos nuestra sed con una buena cerveza. Sentirme querido y apoyado por esas personas y a su vez respetar y apoyarles a ellos. Saber que hay un sentimiento de complicidad entre nosotros, que nos conocemos y nos queremos tal y como somos, sin nada que esconder.

Me emociona ver el cariño de un abuelo con su nieto

Poder oír las bellas palabras que se dedican el uno al otro. Escuchar un sincero te quiero y ver la fusión de los dos en un sencillo pero sentido abrazo.

El éxito de alguien querido

Ver que esa persona a quien admiraba ha llegado hasta la cima y sigue tan humilde como antes, apoyándote y sacando tiempo para escucharme de donde no lo hay. Me alegra ver su ascenso, observar sus progresos y conocer sus inquietudes.

La tensión de una nueva cita

Los nervios al intuir que hay chispa, que la chica que me gusta me observa detenidamente, desnudándome con una simple ojeada. Mirar con lascivia esos labios carnosos que tanto anhelo y fundirme en una explosión de deseo y desenfreno.

El sufrimiento y el dolor ajeno

Las lágrimas se acercan a mis ojos al sentir que otra persona lo está pasando mal, sufriendo como el que más, sabiendo que necesita consuelo, que con un simple abrazo se sentiría mejor.


El arrepentimiento

La amargura de la distancia, el anhelo

martes, 8 de enero de 2008

DE VUELTA UN AÑO MÁS. PROMESAS, PROPÓSITOS E INTENCIONES

Tras este largo periodo de inactividad literaria, voy a retomar el blog con unas palabras de ánimo a todas aquellas personas que se han propuesto, como yo, un reto para este nuevo año que ha comenzado.

Otro año más con la misma cantinela: tengo que dejar de fumar, tengo que hacer más deporte, tengo que aprender inglés… Siempre igual. Aunque este año, como todos los años, espero que sea diferente, que tenga la suficiente fuerza de voluntad como para cumplir con las promesas y las intenciones que me he propuesto. Fuerza de voluntad, empeño, constancia... son características que siempre han brillado por su ausencia en mi persona o por lo menos nunca he creído tener estas virtudes. Lo mismo ahora resulta que si que las poseía, sólo que demasiado dentro de mi como para sacarlas a la luz. Es el momento de hacerlas visibles, tener un poco más de confianza en uno mismo y la seguridad de que vas a poder con ello. Que será muy duro, a veces demasiado cuesta arriba, pero al final lo agradecerás. ¡Ánimo!, ¡yo se que tú puedes! Por lo menos aguanta 3 o 4 meses, luego se volverá una rutina necesaria en tu vida. Luego no será duro, será imprescindible para ti. Vencerás a tu propia vagancia y te convencerás de que eres la única persona que puede derrotarla.