jueves, 17 de febrero de 2011

MIEDO A LAS NUEVAS EXPERIENCIAS

Desde mi adolescencia he vivido prácticamente separado de mi pueblo natal de forma intermitente. Me crié en un pueblo de 10.000 habitantes donde prácticamente todo el mundo se conoce, se saluda y se cotillea (típico de un pueblo). Mi infancia ha sido fantástica y conservo muy buenos recuerdos de aquella época. Vivía rodeado de amigos, familia y conocidos. Recuerdo que al cumplir los 11 años mis padres me obligaron a cambiar de colegio a uno de la ciudad más cercana, Toledo. Mi primera reacción a aquello fue de rechazo. No quería cambiar de colegio, quería seguir con mis amigos, viviendo en mi pueblo y en mi ambiente. Pero mis padres no dieron su brazo a torcer y me llevaron a un colegio nuevo. Recuerdo el primer día de clases al iniciar 7º de EGB. Fue un infierno, no conocía a nadie y me sentía totalmente perdido y muy triste. No tardé en conocer a mis nuevos compañeros de clase. No se si por mi forma de ser o porqué fue pero me integré rápidamente en aquel ambiente totalmente nuevo. Fue una gran experiencia de la que conservo muy buenos momentos y amigos.

En ese colegio estuve 3 años y fueron geniales. Al cabo de esos tres años, y un verano en el que estaba disfrutando de las vacaciones, recuerdo un día que mis padres me sentaron a la mesa y me comentaron la posibilidad de volver a cambiar de colegio, pero esta vez un poco más lejos. Iría a la capital, a un internado. El sólo hecho de escuchar internado hizo que se me pusiera la piel de gallina. ¡De ningún modo iría yo a un internado! Discutí mucho tiempo con mis padres ese verano sobre el tema. Hasta que por fin, me hicieron entrar en razón y no tuve más remedio que aceptar. Otra vez más, tendría que enfrentarme a una nueva vida donde pasaría las 24 horas del día durante 5 días a la semana fuera del ambiente donde me crié. Tampoco me costó adaptarme demasiado a ese nuevo ambiente y disfrutar de él como el que más.

Sí, siempre empiezas con miedo a lo desconocido, miedo a no ser aceptado por los demás y miedo a perder algo que te gustaba y llegar a un mundo que puede que no te guste tanto o incluso simplemente lo odies. Pero poco a poco y a base de estas obligaciones, las cuales estaré eternamente agradecido a mis padres por ello, he conocido gente fantástica, he visitado lugares hermosos y vivido experiencias increíbles, que estando al abrigo de mi familia y mi pueblo, no habría conocido nunca. A lo largo de los años ha ido disminuyendo ese miedo a lo desconocido que tenía. A veces me obligo a mi mismo a vivir alguna nueva experiencia intentando apartar de mi mente ese terror a que no salga bien. Aunque el miedo nunca se va del todo. Pero ese miedo es lo que nos hace valorar mucho más el nuevo momento que estamos experimentando y vivirlo con una intensidad bestial. El miedo no nos debe coartar para realizar cosas nuevas, sino que debe ser una herramienta para seguir adelante con ello.

Es cierto que a veces lo nuevo que conoces no te gusta y te desagrada pero también es cierto que si nunca lo experimentas, no podrás saber si te ha gustado o no, si podría ser la experiencia de tu vida o una de las mejores cosas que te han pasado jamás. Quien no arriesga, nunca gana, solo se mantiene. Si te arriesgas y ganas, la satisfacción por haber realizado algo de lo que no estabas seguro es mayor. Y cuanto más arriesgues, mayor satisfacción te dará. Aunque si no sale bien, también perderás más.

Nunca me he considerado una persona arriesgada pero creo que para poder formar tu personalidad y desarrollar tu propio ser has de conocer cuantas más experiencias se puedan. Eso sí, siempre dentro de un determinado rango que te marca tu propia conciencia y tu aversión al riesgo. Con esto no quiero decir que una persona que tenga unos rangos muy estrechos sea mejor o peor persona o sea más o menos feliz que otra que los tenga demasiado amplios. Solo pienso que la vida que tenemos es muy corta y solo tenemos una. Y cuantas menos experiencias tengamos en la vida, menos posibilidades tendremos de evolucionar y de aprender. Estaremos más encerrados en nuestro mundo sin saber lo que hay fuera de él. La vida nos la enriquecen las personas y las experiencias y cuantas más conozcamos, con mayor intensidad viviremos y apreciaremos mucho más las pequeñas cosas que nos hacen sentirnos felices.

lunes, 14 de febrero de 2011

Reflexión sobre el amor

El amor es un estado sensitivo en el cual se hacen cosas incongruentes y sin sentido para conseguir que otra persona se fije en él o ella. Hace de las cosas más simples un mundo complejo. Contiene millones de detalles que de otro modo hubieran pasado inadvertidas y, estando enamorado, suenan, huelen, saben y se sienten diferentes. Se pierde todo concepto lógico para dar paso a un estado de obsesión compulsiva por agradar y conquistar a la otra persona. ¿Por qué surge esta obsesión cuando hay otras personas por el mundo con iguales o mejores cualidades de la que te has enamorado? ¿Tiene alguna base científica? ¿Por qué, la gran mayoría de las veces, tras conquistar a esa persona y saber que ella/él se ha enamorado de ti se pierde gran parte del interés y de la pasión?

lunes, 7 de febrero de 2011

CONOCER A LAS PERSONAS

Siempre me he considerado una persona comprensiva y lógica aunque muchas veces no entiendo las decisiones que toman las personas. Lo que más me gustaría en este mundo es comprender porqué actúan las personas, que les hace llevar a tomar las decisiones que toman. Esa es mi gran pasión. Hasta con la decisión más nimia, me encanta deducir cual ha sido el proceso por el cual han tomado esa decisión. Como aquel que le gusta memorizar matrículas de coches o coleccionar sellos. El problema de esto es que nunca llegarás a saber si la deducción que has hecho es la que realmente (o de forma similar) ha llevado a la persona a tomar esa decisión. El proceso deductivo es muy complicado porque realmente no solo interviene la parte lógica del cerebro, si no también otros muchos factores como los sentimientos, la forma de ser de la persona, el entorno que ha creado a su alrededor, el estado de ánimo, las circunstancias específicas de ese momento, etc. Son demasiados factores que dan una complejidad infinita a este proceso deductivo. Al final lo que hago en mi mente es crear varios escenarios e intentar ponerme en cuerpo y alma en el lugar de la persona. Esto también es bastante complicado porque por un momento, has de dejar de ser tú mismo para convertirte en otro e intentar pensar como ese otro. ¡A mi me encanta ese momento! ¡Es lo mejor del proceso deductivo!, lo veo como si fuera un actor al que le dan un papel y tiene que meterse de lleno en él.

La ventaja que tiene en mi vida esta pasión es que creo que comprendo un poco más cada día a la gente que me rodea. De esta forma puedes llegar a quererles tal y como son aunque te hagan daño muchas veces. Sabes perdonar y aceptar las cosas porque puedes llegar a comprender el porqué. También puedes influir mucho más en las personas, hacer que te quieran un poco más cada día. Aunque esto no me gusta tanto y casi nunca lo he practicado porque quisiera que esa gente me quisiera por lo que yo soy y no por lo que puedo influir en ellos.

Aún así, estoy seguro de que un porcentaje muy alto de las veces me equivoco al elaborar mi predicción. Y sé que nunca llegaré a conocer los motivos reales por los cuales la gente actúa como actúa. Me da rabia por ello, pero es lo bonito de la vida y las personas, el hecho de no llegar a conocerlas nunca te pueden dar muy gratas sorpresas aunque también muy desagradables.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

ANSIEDAD DE VIVIR

Corro sin andar en un mar de primaveras.
Trato de expiar mi culpa sin fronteras.
En los largos días de invierno,
con las penas yo me entierro.

Sin mi ego tratar de erguir.
Totalmente aturdido.
Y con ansias de conseguir,
aquello que he perdido.

¿Por qué torturar el ya enfermizo corazón,
con tanta amargura de aquello
que un día fue demasiado bello
y con las mismas vino y se apagó?

¿Por qué recordar lo que pude hacer y no hice?
Ahora que mi vida es demasiado triste,
cayendo en un bucle de insistente amargura
¿No piensas que esto es una tortura?

Y vuelvo a caer en el mismo error,
que en el pasado ya me sobrevino.
Con tantas piedras que hay en el camino,
tropezar con cada una, mi gran temor

¿Qué hacer para aplacar la ansiedad sempiterna?
¿Cómo gozar de la quietud del difunto?
En esta vida corta, efímera y somera
que hay que aprovechar al mínimo segundo

martes, 26 de mayo de 2009

Decisiones Empresariales


Al entrar en una empresa, te das cuenta de que hay normas, estrategias y decisiones que atentan contra los intereses del trabajo que desempeñas. El quid de la cuestión es saber si esas decisiones se han tomado para que el conjunto de la empresa obtenga mayores beneficios que deficiencias en la suma de sus partes. Es decir, a lo mejor, una decisión perjudica enormemente a un área de la empresa pero de ella se obtienen beneficios en el resto de las áreas. En este caso si la suma de los beneficios obtenidos en las áreas afectadas positivamente es superior al perjuicio producido en una de ellas habrá sido una decisión acertada.

Muchas veces no es posible detectar, desde una posición concreta, si las decisiones tomadas por la alta dirección son beneficiosas para el conjunto de la empresa y esto es lo que hace que algunas personas de diferentes áreas estén disgustadas y se sientan decepcionadas por la decisión o estrategia tomada. Es en estos casos yo me pregunto si se ha de concienciar y sensibilizar a las personas perjudicadas de que la decisión que se va a tomar tiene un motivo concreto y va a ser para obtener un bien común. Quizá hasta sea necesario dar un incentivo a estas personas para que sepan que se las tiene en cuenta y que la dirección conoce de primera mano que son las grandes perjudicadas con la decisión tomada.

La gran mayoría de las empresas que conozco no hacen esta labor y en muchos casos, los trabajadores afectados tienen una sensación de que su trabajo no es valorado en la empresa. Esto provoca que esos trabajadores rindan menos, no se identifiquen con los valores y cultura de su empresa, que aparezcan rumores negativos y haya un mal ambiente generalizado en el trabajo.

Desde mi humilde opinión de trabajador que nunca ha formado parte de la dirección considero que cualquier tipo de decisiones que pueden afectar negativamente a los trabajadores de una determinada área (siempre y cuando no se pretenda hacer desaparecer el área en concreto) deben ser los primeros informados y los más sensibilizados con esta decisión. Incluso podría ser beneficioso que alguno de estos trabajadores liderara el cambio de forma que se sintieran mucho más identificados con los valores propagados con la empresa, que forman parte de un todo y que son importantes y valiosos para ella.

Es un hecho que todo cambio en la estrategia o valores de una empresa conlleva un periodo de aclimatación de sus trabajadores. Pero estos periodos podrían acortarse si, antes de producirse el cambio, la dirección considerase las posibles repercusiones de ese cambio y actuase en consecuencia. En muchas empresas, sobre todo en las de mi sector, el activo más importante que tienen es el know-how y la experiencia de sus trabajadores, a veces sólo una parte de ellos y a veces la gran mayoría, pero para mantener este activo en un nivel alto, es necesario que a todos ellos se les valore y se tenga en cuenta y no solo a la parte más importante. Es cierto que no se puede valorar a todos los trabajadores por igual, pero todos ellos deben saber la responsabilidad que tienen en su empresa y conocer las limitaciones de su puesto. No por tener menos responsabilidades, un puesto de trabajo debe ser menos importante.


lunes, 17 de marzo de 2008

DE LO QUE ME EMOCIONA









Me emociona sentir emociones fuertes

Estar bajo presión y descargar toda mi furia en un sonoro alarido de alivio, gritando “aquí estoy yo” y formo parte del mundo tanto como cualquier otra persona.

Me emociona la ternura, la tristeza, la melancolía

Esos sentimientos que a menudo llaman cursis y que a todo el mundo afectan, todos los vivimos y los sentimos como si fueran la primera vez.

Me emociona el amanecer de un nuevo día

Despertar con los rayos de luz filtrándose por entre las cortinas, llegando poco a poco a mi cara y animándome con el calor que desprende al traspasar la ventana. Saber que estoy aquí durante otro día más, que puedo disfrutar un poco más de la vida.

Me emociona el reencuentro, las buenas palabras

La sorpresa de una llamada que no esperas, de alguien que no veo hace mucho tiempo pero que se que siempre ha estado ahí, cuando lo necesitaba. Oír un “te extraño”, “anhelo tu compañía” tras lo cual, los buenos recuerdos fluyen solos, como un torrente al escuchar su voz.

La emoción de ver una nueva vida

Tener entre tus brazos una criatura pequeña, con un olor indescriptible, haciéndote sentir el paso de los años. ¡Cuán corta se hace una vida! Verle sonreír con la más mínima tontería; un arrullo, un gesto o un sonido. Algo que delante de una persona madura no harías.

Las letras, la ciencia, la sabiduría

Esas cosas que a uno le hacen aprender nuevos conceptos, ideas y sentimientos ajenos. Que nos acercan a la mejor comprensión de la realidad, del entorno, del mundo que nos rodea. El simple hecho de mostrar interés a tu alrededor nos hace crecer en madurez.

Los placeres de una aventura

Recorrer zonas inhabitadas sabiendo que una vez hace muchísimos años alguien estuvo en el mismo sitio. Observar la naturaleza en su estado puro, sin construcciones, sin estructuras, sin contaminación. Sentirme descubridor de nuevos lugares a sabiendas de que ya se han explorado.

Una cerveza en compañía de una buena charla

Disfrutar de una conversación alegre entre amigos con el sol del atardecer en una terraza de verano mientras calmamos nuestra sed con una buena cerveza. Sentirme querido y apoyado por esas personas y a su vez respetar y apoyarles a ellos. Saber que hay un sentimiento de complicidad entre nosotros, que nos conocemos y nos queremos tal y como somos, sin nada que esconder.

Me emociona ver el cariño de un abuelo con su nieto

Poder oír las bellas palabras que se dedican el uno al otro. Escuchar un sincero te quiero y ver la fusión de los dos en un sencillo pero sentido abrazo.

El éxito de alguien querido

Ver que esa persona a quien admiraba ha llegado hasta la cima y sigue tan humilde como antes, apoyándote y sacando tiempo para escucharme de donde no lo hay. Me alegra ver su ascenso, observar sus progresos y conocer sus inquietudes.

La tensión de una nueva cita

Los nervios al intuir que hay chispa, que la chica que me gusta me observa detenidamente, desnudándome con una simple ojeada. Mirar con lascivia esos labios carnosos que tanto anhelo y fundirme en una explosión de deseo y desenfreno.

El sufrimiento y el dolor ajeno

Las lágrimas se acercan a mis ojos al sentir que otra persona lo está pasando mal, sufriendo como el que más, sabiendo que necesita consuelo, que con un simple abrazo se sentiría mejor.


El arrepentimiento

La amargura de la distancia, el anhelo

martes, 8 de enero de 2008

DE VUELTA UN AÑO MÁS. PROMESAS, PROPÓSITOS E INTENCIONES

Tras este largo periodo de inactividad literaria, voy a retomar el blog con unas palabras de ánimo a todas aquellas personas que se han propuesto, como yo, un reto para este nuevo año que ha comenzado.

Otro año más con la misma cantinela: tengo que dejar de fumar, tengo que hacer más deporte, tengo que aprender inglés… Siempre igual. Aunque este año, como todos los años, espero que sea diferente, que tenga la suficiente fuerza de voluntad como para cumplir con las promesas y las intenciones que me he propuesto. Fuerza de voluntad, empeño, constancia... son características que siempre han brillado por su ausencia en mi persona o por lo menos nunca he creído tener estas virtudes. Lo mismo ahora resulta que si que las poseía, sólo que demasiado dentro de mi como para sacarlas a la luz. Es el momento de hacerlas visibles, tener un poco más de confianza en uno mismo y la seguridad de que vas a poder con ello. Que será muy duro, a veces demasiado cuesta arriba, pero al final lo agradecerás. ¡Ánimo!, ¡yo se que tú puedes! Por lo menos aguanta 3 o 4 meses, luego se volverá una rutina necesaria en tu vida. Luego no será duro, será imprescindible para ti. Vencerás a tu propia vagancia y te convencerás de que eres la única persona que puede derrotarla.