viernes, 25 de mayo de 2007

FALTA DE INSPIRACIÓN

Cuando una persona se duerme en los laureles, como me ha pasado a mí durante estas tres o cuatro semanas, sufre una pequeña falta de inspiración que incita a hablar sólo y exclusivamente de temas banales, sin trascendencia ninguna. Y vas entrando en una espiral de pasotismo y falta de interés que culmina en una pequeña depresión. Ésta, tiene su lado bueno, por lo menos para mí, porque me hace volver la inspiración otra vez. Con mi depresión vuelven mis musas y me alegran la existencia.

Bueno, yo todavía no he llegado hasta ese punto por lo que mi inspiración es mínima. Pero me estoy obligando a escribir porque debo intentar que vuelva. Es bonito cuando tienes temas de los que hablar y discutir contigo mismo para, al final, irte para el lado de uno de tus “yos” o para el otro.

¿Qué significa discutir contigo mismo? Pues es obligarte a cuestionar tus propias creencias más profundas. De vez en cuando, este ejercicio es básico para conocerte un poco mejor e intentar que la razón vaya en consonancia con las creencias que uno tiene.

Bueno, de momento, ya está bien el rollo. Espero no haber aburrido mucho a los lectores. Y que mis musas terminen sus vacaciones pronto para que me acompañen en un viaje a lo largo de mi interior y rescatar algún retazo que quede suelto por ahí. A lo mejor hasta vale la pena leerlo y todo.

4 comentarios:

Makoto dijo...

A todos nos pasa. Todos tenemos nuestras particulares "travesías del desierto" y perdemos la capacidad de escribir durante un tiempo.

Lo que no debes de perder nunca es la capacidad de asombro. Entrénate. Mira las cosas como si fueras un niño, sin prejuicios, sin amarguras, sin expectativas. Simplemente mira. Cómo se desliza una gota de agua en un cristal, una flor que ha crecido en una grieta de la acera, un gorrión que se acerca dando saltitos a ver si se te cae una miga, la sonrisa de la persona que tienes enfrente, el tacto de una hoja de papel, el sabor del primer café de la mañana, o de la primera caña del día en verano... Todas esas cosas pequeñas a las que no damos importancia, pero deberíamos. Convierte cada momento pequeño en un acontecimiento especial y te aseguro que volverán las ganas, la inspiración, y las palabras.

Pero no vale hacer trampas. Mira a tu alrededor con verdadero asombro. Vuelve a ser ingenuo. Sonríe ante lo que te haga sonreír sin miedo de que te tomen por idiota. Llora ante lo que necesite una lágrima sin miedo a que te tomen por sensiblero, y ríe con ganas, como lo hacías de crío, cuando te apetezca. Déjate los prejuicios en casa. Serás más feliz, y tendrás más cosas que contar.

Ana dijo...

Estoy completamente de acuerdo con lo que dice Makoto... Hay infinidad de cosas ahi fuera, solo hay que estar atento para que no pasen desapercibidas... Ánimo, Darío.... El mundo ahi te espera!! Abri bien los ojos y sali a su encuentro!!! Pero no te olvides el paragüas!!! ;-)

Mayka dijo...

Hay que conocerse a uno mismo, tener nuestro espacio para poder reflexionar en el que sólo estemos nosotros con nuestros yo.
A mi me encanta tener mis momentos de soledad y reflexionar sobre la vida, el futuro, los sentimientos y eso creo que nos inspira y nos ayuda.
Respecto al comentario de Makoto, estoy totalmente de acuerdo con ella, la vida esta llena de pequeñas cosas que no apreciamos y que hacen que todo sea más fácil y transmiten muchas cosas:
* Cuando tu perro se te arrima para saludarte despues de estar todo el día sólo en casa (ALEGRIA/FELICIDAD)
* Una flor que está creciendo (VIDA)

A partir de ahora, vamos a tratar de ser más observadores

Besitos

Anónimo dijo...

Las crisis son una parte esencial del proceso creativo.

De ellas puede aprenderse mucho... sirven para que no nos tomemos demasiado en serio, como bien dices, para cuestionarnos y medir lo que haciamos, nos regalan la capacidad de una autocritica algo más objetiva, salir del ensimismamiento y alejarnos un poco para poder valorar en la distancia si aquella epifanía creativa que nos anegaba estaba tan bien encaminada como nos parecía. Sencillamente, crear tambien cansa... las crisis son ciclos naturales que nos permiten volver con fuerzas y miradas renovadas.